viernes, 19 de noviembre de 2010

Reporte

Fue un sueño extraño para Amanda: un corredor, una escritora, dibujos de niños colgando en el pasillo y una voz que preguntaba desde atrás: “¿qué puede aportar una escritora a la vida de esta niña que parecía salida del cuento de Alicia en el País de las Maravillas?” Fue un sueño extraño porque en ese instante Amanda vio los ojos grises de la niña, que estaba vestida así sencilla pollerita a cuadrillé y camisa blanca con cuello con puntillas, recién salía de la escuela y llevaba dos trenzas que le caían encima de los hombros al descuido, dos trenzas rubias. Fue un sueño extraño porque el hombre miró a la niña con ojos de lobo hambriento y dijo: “esa es la que quiero”. Fue un sueño extraño porque al día siguiente Amanda vio la foto de la niña de las trenzas en el periódico, con un epígrafe que rezaba: “Alicia, 15 años desaparecida hace tres en San Vicentín”.