sábado, 18 de julio de 2009

Impasse

No sabía por qué ese miedo al pelo negro. Al pelo negro largo. Al pelo negro largo y sucio. Al pelo negro, largo, sucio y enmarañado. Le habían dicho que se trataba de un trastorno psicológico, caetofobia le llamaban: un miedo irracional, algo así como una repulsión paralizante. Ese miedo empezó de golpe, sin anunciarse, irrumpió de repente en su vida, cual visitante inesperado. Creo que fue después de ver una de esas películas de terror japonés, plagadas de clichés, o quizás el recuerdo de su tía peinándola de forma obsesiva hasta que no quedara ni un nudito de enredo en su cabellera, con la coleta tirante hasta que le doliera la frente.
No sabía por qué la mancha del terror se había colado un día en la colorida postal de su cotidianeidad. Cuando veía esas melenas desprolijas e imaginaba su olor rancio, se le hacía un nudo en la garganta y la invadía una caravana de sensaciones asfixiantes y un hormigueo indescriptible en el estómago. Temía tanto, que huía de las colas del banco, o se quedaba paralizada al ver las melenas cubriendo el rostro de las mujeres en alguna peluquería o cuando observaba ciertos mechones sueltos que se iban como cucarachas por los resumideros de un baño mugriento. En esos instantes, cerraba los ojos y respiraba hondo, sintiendo que el aire le cortaba la garganta como una espada.
Su miedo fue creciendo y la arrinconó un día. Al borde del desborde resolvió esperar a que la compulsión pasara. Y no salió más, sólo compras indispensables y viandas a domicilio. Llamadas sin responder, turnos cancelados y los giros postales de sus padres para subsistir sin trabajo.
Y no salió más, hasta esta mañana en que volvió a mirarse al espejo y venció la repulsión: ya no la paralizaba su propio pelo que ahora estaba largo, y más negro y más sucio y, más repulsivo que nunca. Ni su ropa harapienta. Ahora comprendía todo: esa mujer horripilante que la miraba desde el cristal era su propia bestia, que por fin había salido del encierro.

martes, 7 de julio de 2009

Tacones


Por vigésima vez se asomaba a la ventana del departamento para tratar de imaginar de dónde venía ese sonido de tacones que otra vez le impedía conciliar el sueño, en la siesta pueblerina. Los tacones se clavaban al suelo del segundo piso, como si se aferraran a los mosaicos y él permanecía con los ojos abiertos, fijos en el techo, casi intentando adivinar hacia adonde se dirigía la inquieta mujer que los calzaba.
Conocía cada resquicio del cielo raso, de tantas siestas inútiles con las pupilas fijas en el techo. Lo que más le incomodaba era que luego de esas horas de calor, cuando la ciudad parecía soñar al unísono, el silencio reinaba en el piso superior al de su departamento y regresaba la paz. Varias veces subió y golpeó la puerta, pero no obtuvo respuestas y hasta imaginó que la impertinente mujer le estaba tomando el pelo.
Cuando el suplicio se le hizo insoportable, resolvió comunicarse con el administrador del condominio para que hiciera llegar la queja de ese ruido molesto a la propietaria del apartamento, a la que él ya odiaba con las entrañas. Con asombro, el hombre dejó la escoba de lado, hizo un gesto afirmativo con la cabeza y le informó que el lugar estaba vacío desde hacía varios años. La última inquilina había muerto de manera insólita, cuando se torció un tacón de sus zapatos y su cabeza dio de lleno en la pileta del baño.
Desde esa mañana el ruido de tacones se instaló cada minuto en la vida de Manuel y pasó varios años escuchándolos, como un reclamo insistente desde el más allá.

Carritos sin ley/ Cada vez más accidentes de tránsito “inimputables”

(Cuesta creer que en Paraná siga sin resolverse una situación histórica que desde hace muchos años se viene repitiendo: la circulación de carros de tracción a sangre que nos habla de una problemática mucho mayor que la mera regulación..., va la nota:)

Suman más de 500 los carros tirados por caballos que circulan en Paraná, comandados por adultos, jóvenes y niños en situación de pobreza. “Cuando se producen accidentes de tránsito las víctimas no tienen a quién responsabilizar, porque los carros son inimputables”, advirtió la vicepresidenta de Canadian Voices for animal, María Inés Bacigalupo, quien reiteró un reclamo “histórico” a la comuna.

Por su parte, los dueños de los carros se resisten a perder su medio de transporte y de vida. La exigencia de que la comuna tome cartas en el asunto de la circulación de carros de tracción a sangre en el microcentro de Paraná, resurge cada vez que se menciona la cantidad de accidentes de tránsito, denunciados o no, que se registran día a día en la capital entrerriana.

Informes policiales arrojaron que el 23 de julio de 1999, Álvaro Simón Zamarripa murió en un accidente ocurrido en calles Rondeau y Salvarini. El joven, de 20 años, retornaba de trabajar en su moto y fue interceptado sorpresivamente con un carro de tracción a sangre conducido por un menor. El chico murió como consecuencia de las lesiones sufridas y el caso no tuvo una resolución.

En tanto, el 27 de agosto de 2006, Casildo Rodríguez, de 24 años, murió al chocar una moto contra un carro en la intersección de las calles Los Minuanes y 1000 en el barrio Anacleto Medina. Rodríguez falleció en el acto al impactar con su cabeza contra una de las varillas guías del carro.

El carro tirado por un caballo, era comandado por Julio Miño, de 26 años, quien iba acompañado de su cónyuge y su hija.
Además, hacia diciembre de 2007 un caballo se soltó en el centro y aplastó un Fiat 600, en la esquina de las calles Córdoba y Cervantes, en un accidente que no registró lesionados.
A la lista de accidentes, que crece día a día, se suma el maltrato de los caballos y la necesidad de analizar una práctica cultural de sectores de pobreza que encuentran en “el carrito” un medio de transporte, trabajo y vida.

Persistente advertencia

En diálogo con AIM, Bacigalupo, afirmó que desde la organización crece la preocupación por la problemática y remarcó que “los carros tirados por caballos siguen circulando por la ciudad y son inimputables”.
A ello agregó que “cada tanto hay accidentes con peatones o vehículos y la gente no tiene a quien responsabilizar por el problema” y responsabilizó al municipio, “porque no cumple con la ordenanza que prohíbe la circulación de los carritos”.

Más adelante, informó que Canadian Voices for Animals mantiene un lugar, al que denominan “santuario”, donde residen 86 ejemplares de animales (gatos, perros y caballos) que fueron rescatados de situaciones de maltrato, donde son curados y protegidos.

Por eso, solicitaron a los vecinos que acerquen donaciones para el mantenimiento del lugar a la Asociación El Crisol, en 25 de Junio 295. Allí hay una alcancía para recibir dinero o bien se puede dejar bolsas de alimento.

La vida sobre ruedas
Por su parte, quienes conducen carros de tracción a sangre, encuentran en este medio una práctica cotidiana que se incorpora desde la niñez: “aprendí a cabalgar a los ocho años y el caballo y el carro son parte de mi vida”, contó a AIM Ezequiel P, de 27 años, quien se dedica al cirujeo con sus hermanos.

“En mi carrito tengo todo, la ropa, las bolsas y voy cargando lo que junto por la calle, ya que salgo muy temprano a la mañana y vuelvo a la noche al barrio”, relató y remarcó: “nunca tuve un accidente, ni choqué a nadie, porque trato de manejar bien: lo hago desde chiquito”.

Además, enfatizó: “no dejaría este carro por nada del mundo, es lo que me da de comer y arriba del caballo siento una especie de libertad, me escapo”.

Qué dice la ordenanza

El 27 de junio de 1992 el Departamento Ejecutivo Municipal (DEM) firmó el decreto 1.212 mediante el que se estableció la prohibición de la circulación de los carros de tracción a sangre dentro del microcentro.

El artículo 10 del capítulo 5º del digesto municipal de 1992 estipula las zonas donde se prohíbe la circulación de carros con tracción a sangre.
Según reza el mencionado artículo, “no podrán circular en el área comprendida entre bulevard Racedo, Ituzaingó, Ameghino, Patagonia, Bertozzi, Los Vascos, Laurencena, Ramírez y avenida De las Américas. En tanto se prohíbe la circulación total de vehículos a tracción a sangre y carros de mano en las áreas céntricas”.

“Comprobada una transgresión, el vehículo será trasladado al corralón municipal y depositado en el mismo, pudiendo ser retirado por su propietario, previo pago de la multa aplicada y de los derechos de estadía y traslado que corresponda”.

Por Noralí Moreyra para AIM, www.aimdigital.com.ar

Ramírez / Buscan eliminar el uso de bolsas de polietileno

(Me parece una iniciativa super interesante, y aporta un granito de arena para frenar con la contaminación, con una iniciativa que ya se aplicó en varios países con muy buenos resultados: va la nota...)

El Foro ecologista de la localidad entrerriana de General Ramírez, departamento Diamante, exigirá a la municipalidad la implementación de leyes que prohíban el uso de bolsas de polietileno, anunció la presidenta de la entidad, Graciela Todone, quien reveló que existen pruebas de que las bolsas “son elaboradas mediante el reciclaje de plásticos contaminantes, tales como envases de agroquímicos”.

En diálogo con AIM, Todone señaló que quieren evitar el uso de las tradicionales bolsas de polietileno desde hace mucho tiempo en Ramírez y remarcó que estos envases fueron reemplazados en otras provincias, donde se utilizan bolsas biodegradables.

“Nuestra organización tiene pruebas de que las bolsas de nylon se elaboran con plásticos con agroquímicos que son extraídos de basurales y eso es muy malo para la salud”, argumentó y señaló: “colocamos los alimentos básicos, como carne y frutas, en bolsas contaminadas y nos exponemos a factores altamente cancerígenos”.

En ese marco, dijo que los vapores que se desprenden de las plantas que trabajan con plásticos con restos de agroquímicos producen enfermedades de todo tipo, que van desde el cáncer hasta la soriasis. “Muchas veces sugerimos que se utilicen bolsas de red, arpillera, cartón, o tela para prevenir estas situaciones”, remarcó.

Especificó además que, según los expertos, una bolsa de nylon común demora en descomponerse cerca de 100 años, dependiendo de la exposición a la luz ultravioleta y otros factores.

Por otra parte, señaló que el proyecto para eliminar el uso de bolsas de polietileno en Ramírez será presentado el año que viene a las autoridades comunales y dijo que aguardan contar con una “buena recepción de la iniciativa” por parte de los funcionarios responsables.

El camino de las bolsas
Las bolsas de plástico, como elemento de uso cotidiano para transportar pequeñas cantidades de mercancías, fueron introducidas en la década del 70 y ganaron popularidad, especialmente a través de su entrega en supermercados y tiendas. Asimismo, las bolsas de nylon constituyen una de las formas más comunes de acondicionamiento de la basura doméstica.

El plástico del que están hechas es uno de los componentes de la basura que más aumentó en los últimos 35 años. En 1972, no representaba un porcentaje significativo, pero para 2006, un 13,75 por ciento de los residuos eran plásticos y la mayor parte correspondió a bolsas de polietileno, según datos de un estudio del Instituto de ingeniería sanitaria de la Universidad de Buenos Aires (UBA) y la Coordinación ecológica metropolitana sociedad del Estado (Ceamse), a los que accedió esta Agencia.

Regresar a las botellas de vidrio
Desde el Foro de Ramírez recordaron también que es fundamental “dar un puntapié inicial para volver a la botella de vidrio” y agregaron que este tipo de envase “es un 80 por ciento más higiénico que cualquier tipo de botella plástica”.

“Sólo de esta manera estaremos reduciendo enfermedades que se desatan por el contacto con estos productos dañinos para la salud humana, y también disminuiremos la contaminación ambiental ya existente”, concluyeron.

Por Noralí Moreyra para AIM, www.aimdigital.com.ar

Greenpeace espera que Entre Ríos “cumpla con la ley de bosques”

“Existen muchos desmontes ilegales en Entre Ríos y a partir de ahora no hay más excusas para supervisar la tala de árboles ilegal”, dijo el coordinador de la campaña de bosques de Greenpeace, Hernán Giardini, quien celebró la reglamentación de la norma y remarcó que “proteger los pocos bosques que quedan en Entre Ríos” es central para la entidad.

En diálogo con AIM, Giardini manifestó que desde Greenpeace se sienten “muy contentos” por la aprobación de la normativa y destacó que “esto fue posible gracias a la movilización de la gente y el millón y medio de firmas que se juntaron para impulsar la iniciativa”.

Asimismo, subrayó que el teléfono rojo gigante y las tres cabinas telefónicas ubicadas entre los lobos marinos de la rambla de Mar del Plata, “recibieron más de mil llamadas por día pidiendo avances en la regulación y eso hizo que el proceso se acelerara”.

“Más allá de las críticas a la reglamentación que realizamos, lo importante es que las provincias apliquen la normativa de manera correcta”, sostuvo, ya que “si las provincias no respetan el ordenamiento de las áreas naturales no pueden emitir permiso de desmonte”, apuntó.

“Entre Ríos debe respetar la normativa”
En ese marco, Giardini señaló a esta Agencia, que es de esperar que Entre Ríos “aplique la normativa, ya que en el Consejo federal de medio ambiente, las provincias se comprometieron a concluir con el ordenamiento en julio”.

A ello agregó, que si las provincias respetan lo establecido recibirán un subsidio de más de un millón de pesos al año, previsto para que se mejoren los controles: “existen muchos desmontes ilegales en Entre Ríos y a partir de ahora no hay más excusas para supervisar la tala y el desmonte ilegal”.

Los pasos de la ley
Por otra parte, Giardini recordó que la ley de Bosques “tuvo dos años de discusión en el Congreso, y Greenpeace venía luchando desde hacía mucho tiempo para que se realicen estos ordenamientos”.

“En una oportunidad, el diputado (Miguel) Bonasso presentó una ley relacionada con bosques nativos y por aquel entonces, junto a otras organizaciones ambientalistas, presentamos propuestas para mejorar ese proyecto de la cámara de Diputados”, puntualizó.

“Hubo que esperar un año y dos meses para que se reglamente la ley, y por eso fue que comenzamos a movilizarnos con más fuerza, ya que el año pasado no existieron tantas repercusiones”, detalló y agregó que el alud que días atrás asoló a los habitantes de Tartagal, en Salta, fue el puntapié final para la reglamentación de la norma.

Giardini agregó que es optimista en cuanto a que “se respete la decisión de la sociedad que quiere que los bosques estén protegidos y se conserven estas superficies para las generaciones futuras”.

Otras preocupaciones en Entre Ríos
En cuanto al panorama del medioambiente en la provincia, el ambientalista señaló que otra de las cuestiones que inquietan a Greenpeace sobre lo que sucede en Entre Ríos es la desprotección de los humedales, y la “terrible” quema de pastizales en el delta.

“El avance de las pasteras sin planificación también es una cuestión acuciante”, señaló aunque remarcó que “la protección de los pocos bosques que quedan en Entre Ríos es central para la organización”.

Ley de Bosques oficializada
El decreto reglamentario de protección ambiental de los bosques nativos ya fue publicado el Boletín oficial y en las disposiciones generales se precisan las definiciones de enriquecimiento, restauración y conservación, así como de comunidades indígenas, pequeños productores y comunidades campesinas.

El decreto lleva el número 91 y reglamenta la Ley 26.331 de presupuestos mínimos de protección ambiental para "el enriquecimiento, la restauración, la conservación, el aprovechamiento y manejo sostenible de los bosques nativos y de los servicios ambientales", se informó a esta Agencia.
Por Noralí Moreyra para AIM, www.aimdigital.com.ar